En 1997, un veterano programador se sumerge en la innovación tecnológica al transformar una antigua aplicación en Visual Basic 4 a Python con la ayuda de Claude 3.7, un modelo de inteligencia artificial. El impacto de esta hazaña radica en la posibilidad de rescatar y modernizar viejos proyectos de software, abriendo nuevas puertas en el mundo de la programación. La convergencia entre tecnología y creatividad desvela el potencial transformador de la IA en la industria informática.

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